Numerosos testigos aseguran haber visto el fantasma de una
azafata a bordo de un viejo Jumbo abandonado.
A lo largo de nuestra vida todos hemos escuchado alguna
historia sobre casas embrujadas, en las que se escuchan ruidos inexplicables o
es posible ver apariciones de algunos de sus antiguos moradores.
Precisamente eso es lo que sucede en un viejo Boeing 747 de
Aerolíneas Argentinas, cuya historia parece estar ligada a la de una azafata
fallecida.
Todo comenzó cuando a
una tripulante de cabina, gran apasionada de su profesión, le diagnosticaron
una enfermedad terminal. Consciente de que iba a fallecer, la joven se las
ingenió para pasar sus últimas jornadas de trabajo a bordo del Boeing 747 con
matrícula LV-MLO, una aeronave por la que sentía gran cariño.
Horas después realizar el que iba a ser el último vuelo de
su carrera, la azafata falleció y comenzó la leyenda de este avión, que ya era
conocido como el "MALO", debido a una deformación de las tres últimas
siglas de su matrícula.
Pocas semanas después
de la muerte de la mujer, mientras el veterano Jumbo se sometía a una revisión
-había volado por primera vez el 8 de diciembre de 1978 y se había incorporado
a la flota de Aerolíneas el 13 de enero del año siguiente-, dos mecánicos
aseguraron que se les había aparecido una figura muy borrosa y transparente
mientras trabajaban en la bodega trasera de carga.
El espectro de la azafata volvió a hacer acto de presencia
poco tiempo después ante el personal de limpieza. Varios trabajadores estaban
acondicionando la cabina superior y escucharon ruidos en la sección de primera
clase.
Uno de ellos bajó por la escalera y en la mitad del pasillo
vio una figura humana con el uniforme de azafata de la empresa. En el año 2000,
durante una escala del "MALO" en Barajas, un par de mecánicos de Air
Plus huyeron de la aeronave, asustados por lapresencia de un ente que se
encontraba en la cabina de pasajeros.
Poco tiempo después de este incidente la compañía decidió
dar de baja al aparato y a mediados de 2001 fue estacionado en el aeropuerto de
Ezeiza en Buenos Aires para servir como fuente de piezas de repuesto para otros
aviones de la compañía. Sin embargo, este no fue el fin de los misteriosos
sucesos en esta nave encantada. Al poco de ser retirado del servicio, cinco
técnicos comenzaron a desmontar los motores.
En el momento en que
empezaron a trabajar, se escucharon fuertes ruidos dentro de la bodega
delantera. La revisaron y no encontraron nada. Cuando volvieron a la actividad,
los ruidos procedentes de la cabina comenzaron de nuevo.
Parecía que alguien trataba de impedir que el avión fuera
desguazado. Usando una grúa para mirar a través de las ventanillas, ya que las
puertas se encontraban cerradas, descubrieron una azafata caminando por el
pasillo contrario a las ventanillas.
Esta vez la aeronave fue revisada por completo, pero allí no
había nadie. Más de diez años después de estos sucesos, el "MALO", se
encuentra varado y en estado de abandono.
"Quienes tienen
presente la historia, cuentan que la
azafata se las rebuscaba, gracias a sus contactos y su excelente
desempeño, para prestar servicio en el MALO, algo que lograba bastante seguido.
De hecho, la última vez que pudo volar,
antes de morir por el avance de la enfermedad, lo hizo en el MALO. Falleció
pocas horas después de ese último vuelo. Los problemas comenzaron a las pocas
semanas de la muerte de la azafata, en
ocasión de una revisión del aparato en los hangares", explicó Pachecho.
Es que una figura muy borrosa y transparente se les apareció
a dos mecánicos en la bodega trasera de carga. Se testimonia que, a partir del
incidente, hubo algo de alboroto y muchas
bromas hacia quienes habían observado el espectro. "El avión fue
revisado de arriba abajo, por el miedo
de los técnicos, pero no se encontró nada fuera de lo común. A partir de entonces, se tejieron innumerables hipótesis.
Pasó a ser el tema de todos", comentó el
investigador.
Pero al poco tiempo el espectro se hizo visible nuevamente.
"Ocurrió mientras el personal de
limpieza ponía en condiciones la cabina superior y escucharon ruidos en la
sección de primera clase. Uno de ellos bajó por la escalera y en la mitad del
pasillo vio una figura humana de pie con
el uniforme de azafata de la empresa. Ese fue el verdadero comienzo del mito o leyenda que tiene a la ex
empleada como protagonista exclusiva de la historia", manifestó Pachecho.
Pero hay más. "En el año 2000, durante una escala
del MALO en Barajas, un par de mecánicos
de Air Plus también salieron disparados por la
presencia de algo que se encontraba en la cabina de pasajeros y los
asustó", dijo el investigador,
agregando que "un poco por su largo historial, y otro tanto por este
último episodio, lo concreto es que a partir de allí se decidió dar de baja a
la nave, y dejó de volar para siempre".
Son muchos los testimonios que indican la presencia de
alguien o algo que apareció y
desapareció, con la misma facilidad que tienen, precisamente, los
fantasmas.
"Hola linda, ¿cómo estás?", preguntó un técnico
galante
La historia más escuchada, y tal vez impactante, sobre la
azafata fantasma tiene como protagonista
a un técnico, quien tenía por delante una dura tarea en el Boeing, cuando aún
el aparato estaba en servicio activo. Lo cierto es que el hombre estaba realmente
ensimismado por su trabajo, y en determinado momento se dirigía hacia la popa
del avión caminando por uno de los pasillos, cuando observó a la mujer sentada,
vestida impecablemente con su uniforme y con una sonrisa. "Hola, linda,
¿cómo estás?", fue el galante
saludo. Pero cuando se dio vuelta, la "linda" azafata ya no estaba
allí.
La vieron caminando por el pasillo
El investigador Alcides Obdulio Pachecho explicó que a
mediados del 2001, el Boeing dejó de volar para siempre y quedó a la intemperie
en el aeropuerto internacional de Ezeiza.
Pero hay una particularidad, porque se afirma que el MALO fue retirado
por 'viejo', pero la verdad es que la
compañía Air Plus decidió desmontar los motores de la nave y llevarlos a España, para sus propios Jumbos. 'Esto indica
que a MALO le faltaba mucho para su jubilación', dijo el pesquisa. Pachecho
sostuvo que 'cuando comenzaron a desmontarse los motores, cinco mecánicos
escucharon fuertes ruidos dentro de la bodega delantera. Como las puertas de acceso no estaban abiertas,
alguien elevó una grúa hasta la hilera de las
ventanillas y, para su sorpresa, allí había una azafata caminando por el
pasillo.
Hasta el momento, nadie se ha atrevido a desguazar el avion
por completo, quizá por miedo a encontrarse con el fantasma de la azafata que
decidió pasar la eternidad a bordo de su aeronave preferida.
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