sábado, 23 de abril de 2022

Fantasmas en el museo Fernández Blanco

Bailarina Ríos Saiz : ¨Yo vi un fantasma en el museo Fernández Blanco¨

“Era enero de 89 ,la época de los cortes de luz programados. Yo había llegado a Buenos Aires para presentar mi ballet Hispania en el Palacio Noel. (En ese palacio se ubica el Fernández Blanco). Ya había oscurecido – cuenta la bailarina Ríos Saiz – y esperábamos que se hicieran las diez de la noche, hora en que volvía la energía, para poder seguir ensayando.

Me acompañaban tres de mis bailarinas y estábamos sentadas sobre unos bancos verdes en el patio de los naranjos, cercano a un aljibe. La noche era cálida y cerrada. De pronto miré hacia el fondo del jardín… quedé impactada: flotando sobre una manta de flores apareció una silueta altísima, vestida con una especie de túnica color blanco purísimo. No se veían en la figura ni manos ni rostro. El espanto debió reflejarse en mi rostro, porque Sibila Miatello, una de chicas que me acompañaba, dirigió la mirada de inmediato hacía el mismo lugar. Yo volví la vista hacia los costados. Nos miramos sorprendidas y asustadas: no existía la posibilidad de que fuera un reflejo, ya que no había luz en ningún lado. Miramos nuevamente al jardín y vimos que la imagen se desplazaba…

No nos quedaron dudas: entonces salimos corriendo. El alboroto que siguió fue tremendo, los perros se enloquecieron , el ensayo se suspendió y uno de los guardias de seguridad, que se acercó hasta donde estábamos, no volvió más, ni siquiera para cobrar.”

 imagen ilustrativa - fotomontaje

Cuando me animé a comentar lo que había vivido me topé con otra sorpresa: los empleados del museo recordaron que una señora, conocida como la Gallega, antigua persona de maestranza que ya no trabajaba allí, había comentado en varias oportunidades que una situación semejante la tuvo en ascuas noche y día. Lo asombroso es que la bailarina no conocía ninguno de estos relatos y había definido al fantasma con las mismas características señaladas por la Gallega en otros tiempos.

Tras aquél episodio, la bailarina continuó presentando sus obras en ese lugar; aclara que no siente miedo y hasta se acostumbró a escuchar pasos a su alrededor, aunque en el recinto no haya persona alguna

También Gorosito director del museo contó esto:

“Hace trece años escuché por primera vez el frufrú de un miriñaque deambulando a mi lado mientras caminaba por el subsuelo del edificio. No lo escucho siempre, solo a veces. No sucede nada en especial, simplemente lo escucho. No soy el único: uno de mis empleados de guardia también lo oyó, pero él no baja solo ni loco al subsuelo”

Si el fantasma había decidido instalarse definitivamente o no en el museo, era una cuestión que escapaba a la decisión de los testigos. Poco y nada se podía hacer. Tanto la coreógrafa Ríos Saiz como la Gallega o el mismo director Gorosito, habían visto o escuchado algo que puede asimilarse a un fantasma.

Qué pasará en el futuro con esa singular convivencia, no se sabe. Y por razones obvias, se prefiere no especular sobre el tema Así son las cosas, en Suipacha al 1400, zona de ánimas, todavía se escuchan los sonidos de un miriñaque deambulando ,la aparición de una figura, similar a una mujer, que varios testigos identificaron con una especie de bailarina y en los amplios jardines de la estancia, suele aparecer una figura también femenina, mucho más etérea, que flotando sobre las plantas del lugar, asombra a los desprevenidos visitantes y aunque a nadie se le ocurriría bajar al subsuelo del museo sin la compañía de por lo menos una persona – valiente, en lo posible .

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